FENÓMENOS MIGRATORIOS, ENTRE LOS HECHOS Y LA NARRATIVA POLÍTICA: ENTENDER PARA INTERVENIR EN EL DISCURSO PÚBLICO

Este fue el tema central del debate organizado el 20 de octubre de 2023 por el Istituto Affari Internazionali en colaboración con el Centro Europe Direct de Roma Tre y la Asociación de Estudios Políticos Transeuropeos en el Departamento de Ciencias Políticas la Universidad Roma Tre.

Por Claudio Di Maio y Chiara Esposito

La evolución de los fenómenos migratorios mundiales no deja de cuestionar nuestro presente y nuestro futuro como ciudadanos y como instituciones. Para responder a la pluralidad de elementos en juego capaces de influir en las cuestiones sociales, políticas y económicas transnacionales, parece necesaria una acción coordinada de toda la sociedad. En un intento por afrontar este reto, el IAI, TEPSA y el Departamento de Ciencias Políticas de la Università degli Studi Roma Tre han optado por dar vida a un debate público -en el marco del proyecto europeo RADAR (Raising Awareness on Disinformation, Achieving Resilience)- que, partiendo de datos sobre los flujos contemporáneos, ha tratado de investigar las herramientas más eficaces para superar la instrumentalización que se está produciendo actualmente sobre la cuestión.

Consideraciones preliminares


El Rector de la Universidad Roma Tre, el Profesor Massimiliano Fiorucci, y el Profesor Raffaele Torino han resumido bien el espíritu de este acto público: deconstruir la narrativa de los medios de comunicación para explorar narrativas alternativas más adherentes a la realidad (y complejidad) de los fenómenos migratorios. Para iniciar un proceso como éste, es esencial en primer lugar utilizar el lenguaje a través del cual opera la información, tanto a nivel periodístico como político-gubernamental, de una manera más sagaz y sensible. El tema de los flujos migratorios no debe ser considerado y transpuesto únicamente desde una perspectiva de emergencia, ya que no se trata de un fenómeno contingente, ni tampoco reciente o repentino.

En este sentido, fue importante desde el principio implicar personalmente a los estudiantes y ciudadanos presentes en la sala para esbozar el sentimiento general como referencia interpretativa para el debate. A las preguntas « ¿En quién confía menos/más para obtener información real sobre migración? » la encuesta rastreó una baja confianza hacia la esfera afectiva/familiar (cerca del 38% de los votos) y las plataformas sociales (cerca del 32%) y, por el contrario, una gran atención hacia las fuentes oficiales/gubernamentales (47%) y las comunicaciones emitidas por organizaciones sin ánimo de lucro (28%). Muy ausente estuvo el mundo de los medios de comunicación tradicionales, con un 13% de los votos. En cuanto a la pregunta « ¿Qué entidad debería tomar la iniciativa para actuar contra la desinformación sobre la migración? », la petición se dirigió en primer lugar a los gobiernos nacionales (52%) y en segundo lugar a la Unión Europea (40%), en la concepción generalizada de que la fuerza impulsora del cambio reside en la lógica descendente. Por último, al preguntar a los participantes « ¿Qué le viene a la mente cuando piensa en desinformación sobre migración y asilo? », la mayoría se decantó por palabras como « propaganda » y « populismo ».

Rutas migratorias en el mundo global


Con estos primeros datos, se abrió el panel con Cristina Franchini, Oficial de Relaciones Exteriores de ACNUR, Alessandro Bufalini, Profesor Asociado de la Universidad de Tuscia, y Antonio Ricci, Vicepresidente del Centro de Estudios IDOS, moderados por Federico Castiglioni, investigador del Programa UE, Política e Instituciones del IAI.

Siguiendo la aportación del Dr. Franchini, una primera consideración de mérito se dirigió hacia el vacío normativo que caracteriza la gestión de las rutas, a estas alturas bien conocidas e identificables, pero carentes de las formas de intervención adecuadas para proteger los derechos de quienes las recorren. Contemplar el viaje que emprende un migrante en su totalidad y no sólo en su destino puede marcar la diferencia entre un orden social orientado a la gestión (póstuma) del fenómeno y otro orientado a la protección humanitaria. Sin olvidar que intervenir en el tránsito y no en la llegada reduce la tasa de vulnerabilidad de los sujetos a la trata de seres humanos. Además, se desmiente una vez más la concepción de emergencia asociada a la migración ya que, datos en mano, los lugares que afrontan el mayor esfuerzo de acogida son a menudo los países del Sur que reciben a los refugiados sin disponer de las herramientas necesarias para gestionar las llegadas en un primer momento. El primer desembarco, especialmente en el caso de los flujos en Oriente Medio, no se produce en ultramar, sino que obedece al principio de proximidad y a la búsqueda de seguridad en los Estados vecinos.

La intervención del profesor Bufalini está relacionada con esto, ilustrando el concepto de la extrema porosidad de las fronteras geográficas, demostrada también por la selectividad inherente al sistema de visados, que a menudo establece el listón para discriminar entre quienes acceden a un territorio y quienes no. Este dato », prosigue el profesor, « también hace inviable la retórica política (y su correspondiente amplificación mediática) de ‘cerrar la frontera’. Es decir, se trata de una metáfora carente de concreción fáctica. Sin embargo, la solidez de la distinción jurídica entre migrantes y refugiados está hoy fuertemente debilitada, sobre todo porque, en casos alternativos, promueve una dicotomía de valores que refuerza la aplicación de un doble rasero.

Otro tema clave en este marco fue el de la desinformación, con la certera actividad desmitificadora llevada a cabo por el vicepresidente de Idos. De hecho, el Dr. Ricci ilustró algunos de los datos recogidos en el último Dossier Estadístico sobre Inmigración, la publicación anual del Centro de Estudios, comparándolos con los supuestos más comunes sobre el tema. Proponiendo un enfoque especular entre los estereotipos actuales y la racionalidad estadística de algunos indicadores económicos, se citaron como ejemplos la teoría de la joroba migratoria y el riesgo de incentivar las salidas, pero también el impacto que los emigrantes (3,4% de la población mundial) tienen en el PIB mundial, según el Instituto McKinley, que ronda el 10%. Todo ello sin olvidar un análisis de los beneficios desde el punto de vista demográfico en el contexto de un continente como Europa, que se enfrenta a un hundimiento de la natalidad y al envejecimiento progresivo de su población.

En definitiva, poniendo de relieve cómo la connotación emocional del discurso público es contraproducente para un análisis pragmático de los acontecimientos, se propone replantear el sistema con un enfoque de triple ganancia, es decir, en el que, al menos en el caso de los llamados inmigrantes económicos, se equilibren los intereses del trabajador, del país de origen y del país de destino.

Migración y narrativa política: ¿cómo cambiar de rumbo?


Sin embargo, la realidad estadística y el horizonte técnico explorados por los expertos en la materia no siempre coinciden con la narrativa de la que son partidarios los medios digitales y dominantes. Para explorar sus luces y sombras, el segundo panel de la jornada trasladó el foco al mundo del periodismo, dando voz a quienes habitan o analizan este horizonte: el subdirector de la agencia de noticias ANSA Stefano Polli y el investigador Francesco Vigneri que, en el IAI, trabaja en perfilar el vínculo entre las narrativas mediáticas y las políticas migratorias de la UE en el marco del proyecto H2020 « BRIDGES – Evaluación de la producción y el impacto de las migración narrativas sobre « .

De este diálogo, moderado por el Dr. Castiglioni, surgió claramente un uso poco escrupuloso del efecto framing que, por su propia definición, a través de la elección y reiteración de términos e imágenes, asocia connotativamente elementos y significados generando una influencia en la propia percepción de los hechos descritos. El framing es esencialmente el sesgo narrativo con el que se decide encuadrar los acontecimientos, a menudo, sin embargo, con el riesgo de consolidar sesgos cognitivos y, en algunos casos, incluso de influir en actitudes hostiles hacia las cuestiones temáticas. La responsabilidad deontológica del periodista se inscribe precisamente en este delicado juego de equilibrios para responder a la necesidad innata del ser humano de orientarse en el mundo que le rodea con sus múltiples cambios.

Como señaló el director adjunto de ANSA, Stefano Polli, la sociedad civil también tiene su papel que desempeñar. Para responder a los retos de la era de la posverdad, en la que la verdad factual pierde terreno frente a su representación mediática más selectiva y polarizada, es imperativo un cambio de perspectiva. De lectores que buscan una información inmediata que seduzca con respuestas sencillas a problemas complejos, a ciudadanos educados en la pluralidad y abiertos a la sugerencia del mayor número posible de puntos de vista antes de consolidar el propio.

En conclusión


Para terminar, tras un amplio espacio de preguntas, una segunda ronda de sondeos reveló algunos interesantes cambios de perspectiva. El más importante quizá sea el relativo al papel de las instituciones y la comprensión de que el deseo de los ciudadanos de un compromiso estructural sólo se concretará ante una evidente y renovada conciencia social sobre el tema. La invitación es a reapropiarse de los espacios de acción a partir de la información consciente. Este último reto tendrá que pasar, inevitablemente, por unas directrices que pasen por la educación (en el sentido clásico y digital) de todos los grupos de edad de la población, así como por la capilaridad de una información adecuada, directa y concreta sobre los fenómenos, para permitir que los migrantes pasen de ser meros objetos a sujetos de la política en los estados receptores.

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